sábado, mayo 15, 2010

MI MASCOTA WHISKY



Cuando se tiene una mascota así, la hechas de menos estes donde estes, así que cuando viajas y no la puedes llevar contigo, los dos tenemos ganas de volver a nuestros paseos diarios.
Hoy, después de pasar por el Turó, y el parque central, hemos hecho la primera parada, ya que sus casi diez años de vida, le restan cada vez más poderío físico y hay que irlo cuidando.
La hemos hecho en un banco de la parte alta, desde donde se puede contemplar una gran y hermosa panorámica del parque.
Un sol, tibio y agradable, con esa intensidad de los días de primavera, que aún no molesta, pero que al rato de estar parado comienza ha hacerse notar, hace que la ligera brisa, que nos trae reflujos de los romero cercanos, se convierta en una auténtica caricia y regalo de la naturaleza.
Antes de que nos quedemos dormidos los dos, hemos continuado nuestro paseo riera abajo, a veces se queda atrás pero hoy iba delante, de golpe se ha parado delante de un señor que sentado en el banco leía el periódico y se ha puesto a sus pies, cuando he ido a buscarlo, resulta que el sr. del periódico, era nada menos que mi pupilo y amigo Baldomero Cabanillas, "Baldo", para los amigos, un gran abrazo, por el tiempo que llevamos sin vernos, desde que se trasladó a vivir fuera y una conversación de recuerdos agradables de los dos, de nuestra época futbolera.
Es un regalo más de los que me hace a diario mi perro, es curioso como cada vez las cosas más sencillas, son las que más me llenan, nos afanamos, por conseguir cosas, que nos han hecho creer, que son tan importantes, y sin querer, hemos perdido lo verdaderamente esencial, demasiadas "primaveras", tiradas por la borda.

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