sábado, abril 24, 2010

LOS EFECTOS DEL VOLCAN



Mientras esta pobre gente lucha a brazo partido para salvar sus propiedades, cerca de los efectos más nocivos del ya más famoso volcán en erupción, sin tener ni siquiera a quien solicitar ayuda, los miles de pasajeros sobre todo de avión, que por un motivo u otro nos hemos sentido atrapados de una u otra forma, hemos puesto el grito en el cielo reclamando no sé cuantos derechos, usando unos modales y formas que nos retratan como seres humanos y que demuestran muy claramente, que en educación y en solidaridad nos queda mucho que avanzar a la sociedad actual.
Es verdad, que las compañías aéreas, comenzando por los que tenían que dar la cara y acabando en la bochornosa superioridad y falta de educación de la mayoría de empleados, no han estado a la altura.
No sé como se habrá vivido en España, (sabido y demostrado es lo valientes que somos en este pais, en cuanto nos ponen un micro delante)pero me gustaría que algunos hubiesen podido estar in situ en el aeropuerto de Venecia, donde me sorprendieron los efectos del volcán, para que aprendieran muchos, que en todas partes cuecen habas y con mucha más mala leche que aquí.
El " non capisco",como única información y búscate la vida como puedas, colas larguísimas para solucionar cada uno su problema y una falta total de solidaridad,que demuestra que como seres humanos aún nos queda mucho que aprender, mujeres embarazadas, de pié durante horas, personas con invalidez física,sin que nadie les cediera un asiento para descansar, ancianos perdidos en todos los sentidos, totalmente ignorados por el resto, el cada uno a la suya, colar a cualquier conocido que se les acercara, en fín actitudes totalmente denigrantes y que deberían estar ya resueltas en las conductas, sobre todo de personas que en su mayoría parecen estar haciendo turismo cultural.
Cuando entenderán los políticos, que lá ética y la educación social, son tan importantes de impartir en los colegios, como cualquier otro conocimiento. ¿De qué nos sirven estos, si en estas situaciones nos comportamos como cualquier otro animal?
¿Porqué nos creemos tan superiores a todo y a todos, cuando la naturaleza, con un simple volcán, es capaz de dejarnos tan pequeños e incapaces a todos?
¿Cuando nos daremos cuenta,que a pesar de tantos conocimientos como creemos tener, nunca dominaremos a la naturaleza y de que somos totalmente insignificantes?

sábado, abril 10, 2010

SEMANA SANTA, PRIMAVERA








Cuando era chico, asociaba la Semana Santa, con la primavera, el tiempo, las flores, el olor a incienso, los roscos, los pestiños, el arroz con leche, las torrijas, la leche frita,las procesiones, las saetas, la carrera de los pasos al grito de "a la vega", la permisividad de poder llegar a casa tan tarde como quisieras, en una época en que no nos estaba permitido hacerlo, en fin todo un conjunto de sensaciones
que se imprimen en tus genes, sin que seas consciente de ello.
Recuerdo ya vagamente, mi llegada a Mataró allá por el año 1957, al poco tiempo se celebraba precisamente la Semana Santa, yo me preparaba a celebrarla por primera vez, solo, sin amigos, sin familia y sin haber superado el tremendo mazazo que para mí significó la emigración, pero con la ilusión que para mí significaba, hacerlo cada año.
¡Que desilusión tan enorme!, aquello y lo digo con todo el respeto, no tenía nada que ver con mi Semana Santa Antequerana, recuerdo que pasé la noche llorando, a solas en mi cama en la enfermería del colegio Salesianos, donde dormí un tiempo temporalmente.
Durante unos años, hasta que desaparecieron durante un tiempo, no significaron nada especial para mí, hasta que finalmente, la Semana Santa, llegó a convertirse en una semana cualquiera.
En varias ocasiones en todos estos años, bajé a Málaga, La Roda, Sierra Yeguas, Archidona, Sevilla, en época de Semana Santa, a pesar de disfrutar, ya había perdido las sensaciones que para mi significaba este acontecimiento.
Este año, he vuelto a Antequera, ciudad monumental y de extraordinaria belleza cultural, donde las haya, he recorrido sus calles, disfrutado su ambiente, sus comidas, mi familia, recuperando momentos que me fueron vedados por la emigración y que jamás perdonaré a los culpables de las circunstancias, que hicieron emigrar a mis padres.
No me hubiera imaginado nunca tantas sensasiones vividas, es como si de pronto, y sin darme cuenta se hubiese activado algún mecanismo o resorte secreto, que ha hecho ver la Antequera de mi niñez, sentir incluso hasta los olores, de las tiendas, los pestiños, los roscos, el arroz con leche, las flores de la incipiente primavera, cosas que creía olvidadas en los oscuros compartimentos de mi cerebro y que milagrosamente he podido recuperar, como si alguien hubiese activado alguna tecla secreta.
Dos cosas recomiendo a todos los que visiteis esta preciosa y acogedora ciudad: Ver salir el sol por Antequera y contemplar las estrellas, que en su cielo son más bellas que en cualquier otro lugar.
Creo que seguiré asociando, hasta el resto de mi vida: SEMANA SANTA, PRIMAVERA Y ANTEQUERA.