"Corporatocracia", es una palabra que desconocía hasta hace varios días, y ahora no recuerdo bien, si la leí, en El Periódico de Catalunya, o fue en el Pais. El caso es que me gustó el artículo y me gustó la palabreja.
Corporatocracia, es lo que hicieron el otro día los Mossos, al entrar al juzgado para declarar sobre el caso del Raval. Lamentable la estampa, más que un grupo de servidores de la ley, parecían un grupo de neonazis cualquiera, tapados, con la cara oculta, y escondidos en medio del rebaño, para que no se supiera quien es quien. Me pregunto, ¿ si su actuación fue conforme al reglamento y actuaron dentro de los límites legales, porqué se esconden de una manera que denigra a todo el cuerpo"
Corporatocracia, es el coro lamentable de periodistas mercenarios de la palabra escrita y oral, y de políticos defendiendo su particular manera de lo que ellos dicen, -no son las formas-que se han roto las vestiduras en el caso del David Fernández, de la CUP, por llamar a un banquero por su nombre y tratarlo como se merece, en nombre de los millones de españoles que nos gustaría poder hacerlo personalmente y no tenemos forma. ¡Gracias David, por usar el lenguaje adecuado, en el sitio adecuado, donde los representantes del pueblo deberían hacerlo, con la misma claridad con que tú lo hicístes!
Corporatocracia, de los mismos que como en el caso anterior, aunque a estos habría que añadirles el de los economistas, que han puesto el grito en el cielo, cuando Oriol Junqueras, ha expuesto en Bruselas, que Catalunya, también tiene sus armas "legales", para defender la independencia , en el caso en que España, se niegue a escuchar la voz de millones de Catalanes.
Son unas palabras, que duelen porque están expresadas, como casi todo lo que viene de éste político,- en voz baja, pero clara y sensata- y que por lo que se ve, superan la capacidad intelectual de demasia-dos de los que pretenden llamarse intelectuales de éste país.
