El día 1 de Noviembre, se cumplieron los 50 años de la inauguración de la parroquia de María Auxiliadora.
A pesar de creencias y conveniencias, viví en primera línea las vicisitudes que conllevó su erección y lo que significó en aquellos años para nuestro incipiente vecindario, de ahí mi interés en resaltarlo y la necesidad de recordar, aquellos años de penuria y necesidades ante el rechazo de una gran parte de la ciudadanía de Mataró, que veía como tenían que repartir con nosotros, los escasos recursos de que disponía un ayuntamiento con las arcas vacías y una falta de voluntad política, que nos condenaba a vivir en una situación de penuria y desamparo total.
Suerte de aquel cura, Juan Luis, el recordado padre biscuter, que se vació en hacernos menos crueles aquellos tiempos tan difíciles y consiguió a través de la religión, lo que no hicieron los políticos.
Por eso denuncio, la falta de sensibilidad de todos los que corren por la parroquia y por el barrio, celebrando falsos aniversarios, que no hayan sido capaces de organizar ni un solo acto de recuerdo de una fecha tan importante para el desarrollo del barrio.
Luego eso sí, se les llena la boca de críticas e impiden cualquier iniciativa en la que ellos no figuren, algunos que organizan tantas cosas, y que tenían conocimiento del aniversario,dejaron el proyecto en algún cajón olvidado, tal vez porque les interesa muy poco y prefieran olvidar que vinieron sin zapatos y con los calzones rotos.
