miércoles, noviembre 06, 2019

EL EGOÍSMO NO TIENE FUTURO


Hemos educado las últimas generaciones en el egoísmo, primero yo. Hemos olvidado la solidaridad entre pueblos y entre las personas. Nos hemos creído grandes y poderosos. Hemos llegado hasta menospreciar a la naturaleza hasta el punto de ignorarla. Nos ha faltado pedagogía para el respeto al que piensa diferente, a la limpieza, al orden, a la justicia.

En nuestro desatino, hemos hecho creer a la juventud, que están muy bien preparados, los hemos convertido en dioses, sí, pero no son más que ídolos con los pies de barro. Derrotados por su propia soberbia, se han refugiado en el poder del dinero, como lo único necesario e importante. Ignoraron  su deber para con los demás y renunciaron a la política dejándola en manos de otros a quien votas cada equis tiempo.

Olvidaron que la democracia no solamente se ejerce votando, sino participando y asumiendo responsabilidades entre todos. Cuando se han querido dar cuenta han perdido las esperanzas de su propio futuro y se consideran marginados y hasta engañados. Ahora les quitan el derecho a la libertad de expresión y los quieren sumisos y acobardados, hasta les prohiben manifestar su disconformidad, mediante manifestaciones y huelgas, con la falsa excusa  de que originan incomodidades a los que no necesitan revindicar nada.

Si pierden este tren, les espera vivir en la falta de trabajo y en la falta de libertades que les hará imposible reclamar sus derechos cualquiera de los que señala la vieja y desfasada constitución, con lo que es posible que algunos vayan a parar a la cárcel por los motivos más fútiles. Urge por tanto la pedagogía, para educar a las nuevas generaciones en cambiar el egoísmo por solidaridad, poniendo su identidad al servicio de la colectividad, de lo contrario nuestro futuro será cada vez más negro.