FIDELIDAD

Esta semana he roto con una relación de más de 50 años, con mi caja de ahorros de toda la vida. Aunque hace ya unos meses que la fuí dejando vacía de los pocos dineros que uno dispone. Durante todo ese tiempo he confiado en ellos, por ser una caja de ahorros de la ciudad donde vivo. Hace poco más de dos años pude comprobar personalmente, como los recursos que se destinan para obras culturales, no son los mismos cuando los solicitan entidades que son de la periferia.
Ahora sin tener en cuenta la opinión de sus ahorradores, se asocian a Caja Madrid, una entidad dirigida por un grupo de personas, entre las cuales existen algunas a las que no se les conoce precisamente ningun interés por la cultura catalana, con la que si está obligada la caja de mi ciudad y motivo por el que siempre les he confiado mis ahorros, aún existiendo cajas y bancos que ofrecen mejores prestaciones.
Podían haberse asociado con cualquier caja de Catalunya, no lo han querido hacer, como un partido político más, tres deciden con nuestras ganancias.
Al igual que los monos sabios, unos no ven, otros no oyen y otros no hablan,no he visto y si las ha habido las desconozco, ninguna manifestación en contra de este acuerdo, de ningún político local, ni siquiera de estos que están todos los días con Catalunya en la boca.
Tampoco, como es natural por otra parte, los diarios subencionados de la ciudad, parece haberse enterado, y si lo han sabido se han guardado sus comentarios, cosa que me parece lo más normal, sabiendo de quien cobran.
Ya sé que la irrisoria cuantía de mis ahorros les dejará indiferentes, y que mi acción, es solamente una gota de agua en un océano, pero quiero morirme siendo coherente con mi forma de pensar.