sábado, octubre 02, 2010

AUTORES OLVIDADOS

Cuando haciendo turismo, el tiempo me lo permite, una de mis primeras visitas, es a la biblioteca del lugar. Para mí representa un termómetro y una gran ayuda, para comprender mejor la ciudad visitada y el nivel de sus gentes.
Me sorprende mucho, cuando pregunto si tienen algún libro de Averroes o Avicena y me responden que no les suena , en algunos casos, tras la obligada consulta al ordenador, reconocen no tener nada.
¿Como sería hoy la sociedad española, si se hubiese profundizado en sus enseñanzas y las autoridades de cada época, no hubiesen hecho por ignorarlos?
Posiblemente el hecho de nacer andaluz, haya marcado mi tendencia a la hora de escoger escritores, lo cierto es que un uen día cayó en mis manos "LA MUJER DE PIEDRA" de TARIQ ALI, tras leer varios de sus libro traducidos al castellano y por referencias, después de leer a IBN GABIROL, ABDERRAMAN MUNIF, ORHAN PAMUK, SRAJ PEZESKHZADA, NAJAT EL HACHMI, he ido a parar a un grupo de escritores cordobeses de principios del siglo XI, que estuvieron siempre en el filo de la navaja, por sus críticas a los elementos establecidos, incluso después de haber estado encumbrados, a las más altas esferas del poder político, desde el mismo reinado de Almanzor, del cual se olvidaron de enseñarnos en la historia de España, que además de ser un gran combatiente, quiso dotar al pueblo de cultura, cosa que no fué bien recibida por la clase pudiente de la época.
Ahora acabo de leer "EL COLLAR DE LA PALOMA" de IBN HAZM DE CORDOBA, una auténtica joya sobre versos dedicados al amor, creo que tan bellos, como los del mismo KAHLIL GIBRAN, autor de " PROFECIA"
Aunque la entrada se me haga larga, no resisto la tentación de reproducir una página de "Risäla apologética", algo que al cabo de más de mil años, ha cambiado tan poco, los "garrapatas", esas personas que no dudan en chupar la sangre del que sea, con tal de promocionarse a puestos para los que no están capacitados, aprovechándose del trabajo de otros, sin darse cuenta, de que como decía Confucio, "Cuando un enano se sube al Everets, lo ve todo el mundo, pero sigue siendo un enano.
Dice así: Esto es particularmente verdad en España: Sus habitantes sienten envidia por el sabio que entre ellos surge y alcanza maestría en su arte; tienen en poco lo mucho que pueda hacer, rebajan sus aciertos y se ensañan, en cambio, con sus caidas y tropiezos, sobre todo mientras vive, y con doble animosidad que en cualquier otro pais. Si acierta, dicen: "Es un audaz ladróny un plagiario desvergonzado".Si es una medianía sentencian: "Es una nadería insípida y una mediocridad insignificante". Si madruga en apoderarse del trofeo de la carrera, preguntan:¿De donde ha salido éste, dónde aprendió y cuándo ha estudiado...?
Si la suerte le lleva luego por el camino de descollar claramente sobre sus émulos, o le hacen abrirse una senda que no es la que ellos frecuentan, entonces se le declara la guerra al desgraciado, convertido en pasto de murmuraciones, cebo de calumnias, imán de censuras, presa de lenguas y blanco de ataques contra su honor.Le atribuirán lo que no ha dicho, le colgarán lo que no ha hecho, le imputarán lo que no ha proferido ni ha creido su corazón.
Aunque sea un hombre señalado y campeón de su ciencia, caso de tener con el poder público relaciones que le procuren la dicha de salir indemne de los peligros y escapar de las desgracias, lo calumniarán, difamarán contradirán y vejarán.
Exagerarán y abultarán sus errores ligeros, censurarán hasta su más insignificante tropiezo, le negarán sus aciertos, callarán sus méritos, y le apostrofarán e increparán por sus descuidos, con lo cual sentirá decaer su energía, desalentarse su alma y enfriarse su entusiasmo.Tal es, entre nosotros, la suerte del que se atreve a componer un poema o escribir un tratado: no se zafará de estas redes ni se verá libre de tales calamidades, a no ser que se marche o huya o recorra su camino sin detenerse y de un solo golpe.
Hace más de mil años que lo escribió, ¡que poco hemos cambiado!.

1 comentario:

Joana dijo...

Poco, realmente poco.
(gracias por acordarte de mi en esos viajes...)