Hoy 25 de Junio recién comenzado el verano, he tenido que madrugar por una gestión bancaria que no pude llevar a cabo el pasado día 23, porque después de más de una hora haciendo cola, llego al mostrador en el preciso instante en que el banco deja inoperativo el sistema, porque a las 11 horas termina el horario de verano. No había leído el cartel que figura en la entrada, y no pude llevar a cabo la gestión, total casi dos horas perdidas.
Después de dialogar con la empleada, ésta muy amablemente me sugirió que si quería hacer dicha gestión, el próximo día operativo, por ser festivo el día 24 fiesta de San Juan, que me presentara a primera hora del día 25, ya que por ser día de cobro de las pensiones, hace que se acumulen muchos pensionistas para retirar sus pagas.
Tal como tan amablemente me advirtió la empleada a las 7,45 horas ya estaba yo en la puerta del banco, no era el primero ya tenía dos que se me habían anticipado, a partir de las 8, ya comenzaron a venir más y antes que llegaran los empleados, ya éramos más de cincuenta acumulados delante de la sucursal, sin guardar las distancias, ni tomar ningún tipo de precaución, incluso los había sin la mascarilla,
Total que a las 9,15 se acabó mi calvario, más de tres horas en dos días diferentes para poner un firma en un documento, con el añadido de sentirme imposibilitado de cumplir ninguna de las normas dictadas por el gobierno y que nadie parecía conocer. o es que ya ni se los creen. No entraré en debate, pase lo que pase, todo eso nos lo podíamos haber ahorrado, con un simple comunicado del banco a sus clientes comunicándonos el nuevo horario de verano. O al menos contratar algún servicio de seguridad para poner orden, claro que contestarán que eso no es competencia de ellos.
Mientras, el gobierno, juega al desgobierno, dictando medidas y medidas cuya mayoría son imposible de llevar a cabo y que además no sirven para nada, bueno sí, para cabrear al personal, mientras estos ven, como no se cansan de colgar y colgarse medallas a ellos mismos, por los cientos de miles de vidas que dicen haber salvado, mientras culpan a los otros de los fallecidos.
No sé porqué me lo tomo a pecho, que se puede esperar de una nación, donde la prioridad no ha sido ocuparse, de los niños y los viejos, sino que su primera prioridad ha sido abrir los bares.
Tal como tan amablemente me advirtió la empleada a las 7,45 horas ya estaba yo en la puerta del banco, no era el primero ya tenía dos que se me habían anticipado, a partir de las 8, ya comenzaron a venir más y antes que llegaran los empleados, ya éramos más de cincuenta acumulados delante de la sucursal, sin guardar las distancias, ni tomar ningún tipo de precaución, incluso los había sin la mascarilla,
Total que a las 9,15 se acabó mi calvario, más de tres horas en dos días diferentes para poner un firma en un documento, con el añadido de sentirme imposibilitado de cumplir ninguna de las normas dictadas por el gobierno y que nadie parecía conocer. o es que ya ni se los creen. No entraré en debate, pase lo que pase, todo eso nos lo podíamos haber ahorrado, con un simple comunicado del banco a sus clientes comunicándonos el nuevo horario de verano. O al menos contratar algún servicio de seguridad para poner orden, claro que contestarán que eso no es competencia de ellos.
Mientras, el gobierno, juega al desgobierno, dictando medidas y medidas cuya mayoría son imposible de llevar a cabo y que además no sirven para nada, bueno sí, para cabrear al personal, mientras estos ven, como no se cansan de colgar y colgarse medallas a ellos mismos, por los cientos de miles de vidas que dicen haber salvado, mientras culpan a los otros de los fallecidos.
No sé porqué me lo tomo a pecho, que se puede esperar de una nación, donde la prioridad no ha sido ocuparse, de los niños y los viejos, sino que su primera prioridad ha sido abrir los bares.
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