Siempre he creído que la amistad y la gratitud, son las mejores virtudes del hombre, por eso toda mi vida, he sido insobornable y hasta en muchas ocasiones, casi cándido,naturalmente protegido por la seguridad de mis principios y de mi orden.
Pero a lo largo de los años, he ido descubriendo y comprobando, la falsedad y la irracionalidad, de muchos de los que se dicen tus, compañeros, colegas, y amigos, de forma y maneras, déspota, miserable y en algunas ocasiones hasta cruel.
Por eso llega un momento en que decides, que a partir de ahora, seré más ecuánime, cuando mire en cualquier dirección, ya sea política o religiosa, mi ecepticismo, ha aumentado hasta el infinito, por eso cada vez soy mucho más incrédulo.
Mi experiencia me dice que la política, no es asunto de moralistas, ni de princi-
pios, es el arte de obtener ante cualquier situación el mayor beneficio personal.
La política, es la habilidad de servirse de los propios compañeros, haciéndoles ver que se les sirve a ellos.
Los políticos se han convertido en "funcionarios del estado", cada vez con mejores sueldos, de los que ni siquiera están conformes.
Nos hacen creer que los que no participan, son los enemigos de la democracia, aunque resulte, que el mayor enemigo de la política, no es el que se mea en ella, sino los que la ensucian con su ambición.
Votaré porque ha sido un derecho del que fuí privado durante muchos años, precisamente por los que hoy se declaran defensores de todo lo que les interesa, cuando ni siquiera votaron a favor de la constitución en su día, porque ni creen hoy, ni creyeron nunca, por eso no quiero colaborar más en esta pantomina.
Votaré en BLANCO, recordando a Françcois Mairiac, "No siento el menor deseo de jugar, en un mundo político, en el que todos hacen trampas".
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