miércoles, julio 21, 2010

EPMA (Penúltimo Capítulo)


COL·LECTIU DE TEATRE EPMA

Creo que será el penúltimo capítulo de este asunto, que ha durado más de doce años, concretamente desde la celebración del 40 aniversario y que finalmente ha terminado como el rosario de la Aurora.
He puesto penúltimo capítulo, porque aunque pocas, aun quedan piezas por encajar en este puzzle de personalismos, donde cada vez está más claro, que algunos son tan "enanos", en todo el sentido de la palabra, que solo buscaban subirse a la silla del que fuera, para hacerse ver, queda aún por saber, con que intenciones.
Como el tiempo pone a cada cual en su lugar, espero que pase un poco, antes de escribir el último capítulo, que por el material disponible y por lo que hay que contar, podría dar lugar a que tuviera que escribirlo en una serie.
Como la mayoría de los amigos que habeis tenido participación, en este largo proceso, ya habeis recibido mi carta, en la que os adelantaba mi decisión, no voy ha hacer muy larga esta entrada.
Ya he "devuelto", a la parroquia de Mª Auxiliadora, el anagrama y el nombre del Colectivo de Teatro EPMA, que en su día y por los motivos y el fín que perseguíamos, registre a mi nombre.
Como quiera que sabéis que he dejado todas mis actividades, de todo tipo, ante la imposibilidad de poder ser yo quien decidiera en cualquier momento que hacer con el nombre y el logotipo, y teniendo en cuenta las circunstancias que se han producido ultimamente, decidí tras consulta previa con un grupo de amigos, tomar la decisión de "DEVOLVER", a la Parroquia lo que está muy claro para todos, era suyo, el nombre y el angrama.
Seguro, de que como cualquier decisión, ésta, puede crear controversia, y estoy seguró que algunos la usarán como siempre para llevar el agua a su molino, me da igual, lo importante es poder dormir tranquilo de conciencia y de ánimo...digan lo que digan, los demás.
Termino con una frase de Albert Canis: Fué aquí, en España, donde mi generación aprendió, que puedes tener razón y ser derrotado, que la fuerza, puede destruir el alma, y que a veces el coraje, no obtiene recompensa.

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