lunes, julio 19, 2010

EL DERECHO A DECIDIR

Hoy mientras me encontraba con mi mascota, descansando y disfrutando de la brisa que corría en el parque central, después de un día de mucho calor, me he encontrado con un compañero de mi antiguo partido, que se ha interesado por mi abandono.
Es una cuestión personal,que no quiero explicar demasiado, porque son muchas las causas, que me han ido separando poco a poco de los postulados del PSC.
Hemos hablado de varios temas de actualidad y me ha pedido mi opinión sobre varios de los más candentes de la actualidad,entre ellos mi posición en el referendum que se llevó a cabo en Mataró el pasado Junio, sobre el derecho a decidir.
Naturalmente que voté, y además lo hice votando que sí, porque estoy de acuerdo con el derecho de cada pueblo a decidir su destino, en la forma que lo crea conveniente.
Y no entiendo cual es el miedo a que se celebre un referendum, en Catalunya, Pais Vasco o cualquier otra región que lo desee.
Por mucho que se quiera, hay una cosa clara, cuando un pueblo se siente una nación, es una nación, por mucho que se pretenda ignorar, aunque sea el tribunal que sea.
Lo dicen todas las constituciones de todos los paises: "El poder emana del pueblo", no del tribunal constitucional, y Catalunya se curró su estatut, dando un primer paso hacia su deseada independencia, lo votamos y aprobamos aquí, se votó y aprobó en el congreso,(represnetantes del pueblo, según nos habían hecho creer)y ahora 7 personas, se pasan por el forro la voluntad de los Catalanes, imponiendo una vez más criterios que pertenecen al pasado y que son resíduos, de una España cañí, "impuesta",por una sangrienta escabechina de los llamados "reyes Católicos", en la parte política y de su compinches de la Inquisición, en la parte religiosa.
Por no hablar del casi medio siglo de oscurantismo, a que nos sometió el régimen anterior.
Una nación creada con esos mimbres, está abocada al fracaso, los matrimonios y las familias forzadas, van paulatinamente disminuyendo a pesar de la férrea imposición de algunas religiones.
Catalunya, es y será una nació si sus ciudadanos así lo consideran, solo será cuestión de tiempo el conseguirlo y los catalanes ya han demostrado que una de sus virtudes es la tenacidad.
Pondré mi voto a favor de que tengan derecho a decidir su propio destino, a pesar de que particularmente no me seduzcan los nacionalismos, si han de existir, sean, pero que cada cual pueda escoger libre y democráticamente el suyo.

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