sábado, noviembre 28, 2009

HAY QUE PLANTARLES CARA DE UNA VEZ

En cualquier diccionario, de cualquier lengua del mundo, la definición de democracia, es el derecho a decidir.
Y por ese derecho han luchado y dado su vida millones de seres, a lo largo de la historia de la humanidad.
Así se ha enseñado en las universidades del mundo, también los libros de historia nos dicen como los paises que se formaron por la fuerza, terminan estallando en añicos en proporción a como, y por cuanto tiempo fueron sometidos.
Particularmente me resbalan los nacionalismos, tanto el "españolismo", (aunque sea el de la "roja"), o el "catalanismo" de la "cuatribarrada".
Creo más en el "federalismo", o sea en la capacidad de los pueblos a decidir cómo, y con quien quieren caminar a lo largo de su historia, como si lo quieren hacer solos, es un derecho incuestionable e irrenunciable a ningún precio.
El peso en oro de una democracia es el voto, así lo hemos decidido entre todos los demócratas del universo, por encima de él, no hay tribunal constitucional que valga, salvo que ese tribunal lo votáramos directamente los ciudadanos, de mutuo acuerdo.
Al final, ya se está comprobando que todo este tipo de instituciones, que se formalizan según los intereses de los partidos, no sirven al ciudadano, si no al partido que los ha nombrado para el puesto.
En Catalunya, se discutió un Estatuto entre todos los partidos, tras muchos acuerdos y desacuerdos, se acabó llegando a la aceptación de unas normas por las que nos deberíamos gobernar a partir de ahí, y al que le dimos el espaldarazo la ciudadanía
votando un referendum.
Bueno pues ahora resulta, que el voto de un grupo de magistrados, que no llegan a doce, tiene más peso y validez que todos los votos de los ciudadanos de Catalunya.
Y no solamente eso, si no que los pobrecitos, tienen tanto trabajo que van a necesitar 10 años para pronunciarse, mientras tanto los ciudadanos de Catalunya a tragar declaraciones y desaires de gente que en muchas ocasiones ni siquiera han pisado Catalunya.
Basta ya, hay que plantarles cara de una vez,ahora la situación no es afotunadamente la del 36, hemos de decirles alto y claro, que digan lo que digan, no van a conseguir doblegar a los catalanes, que decidan lo que decidan ellos, seremos el pueblo de Catalunya y sus ciudadanos los que decidiremos que queremos ser nosotros.
No necesitamos consejos de nigún periódico de Madrid, ¡que se los guarden! sabemos lo que queremos y por ello seguiremos luchando.
Si Catalunya quiere ser una nación, lo será, se empeñe quien se empeñe, más tarde o más temprano.

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