Corren malos tiempos para la política, hay muchos interesados en que no funcionen las instituciones, porque hay mucha gente que no cree en la democracia y otra a la que no le interesa.
Comenzando por los propios partidos, que cuando están en el poder, usan todos los surtefugios que tienen en sus manos, para mantenerse en él, y cuando están en la oposición, para llegar a tenerlo.
En todas las profesiones hay "sirvengüenzas", a los que lo único que les interesa es el dinero y su posición, en la política no podías ser menos.
Existe tambíén el corporativismo, todos hemos conocido casos, donde un médico exonera a su compañero de falta de profesionalidad, son muy pocos los jueces que se atreven a criticar el tremendo daño que le está haciendo a la democracia, la actitud de ciertos magistrados, que actúan descaradamente a favor del grupo político que les ha facilitado su nombramiento.
También están bien extendidas las frases : "La ropa sucia se lava en casa", "Ver oir y callar","no hay nada que hacer", "son todos iguales", "el que se mueve no sale en la foto", y algunas más que harían la lista larguísima, de esta manera han conseguido introducir en la educación de las personas unas pautas de conducta, que en muchas ocasiones son el caldo de cultivo, de que algunos "sinvergüenzas",(ya comienzan a ser demasiados) se hayan introducido descaradamente en el mundo de la política, con el único objetivo de labrarse un buen futuro económico, olvidando que para ser un buen político, lo primero que hay que tener es vocación y ganas de serviri a los ciudadanos.
Sin olvidar que también los ciudadanos tenemos una parte de culpa, por pertmitír
que los partidos hayan llegado a un sistema de funcionamiento hermético y cerrado, donde tres personas deciden por todo un partido, elevan y defesnestran personas según el interes general, que casi siempre suele ser el suyo propio.
El desinteres trae el abandono y ello solo hace que incrementar el poder del grupo, que así se queda sin nadie que les pueda contradecir, lo que desemboca en un círculo de amistades y afines que llegan incluso a dejar en un segundo término los verdaderos ideales de cada partido, convirtiéndolos en una rara mezcla de todo y de nada, que finalmente termina dando pié a acuerdos y actuaciones de la mano de gente, que estamos viendo como terminan en la cárcel, arrastrando el buen nombre del partido y creando esta revuelta de rio que ya sabemos a quien beneficia siempre.
2 comentarios:
Es cierto que generalizar siempre es injusto y que no todos los políticos son unos chorizos. Pero sí que son cómplices, porque miran para otro lado ante los delitos de sus camaradas, cuando no los justifican directamente.
Basta que un hecho cualquiera se repita 3 ó 4 veces para que salgan a la palestra reclamando o propugnando leyes para evitarlo.
Y eso contrasta muchísimo cuando se trata de poner coto a desmanes de los mismos políticos. Para eso nunca hay prisa.
Los partidos ya no se deben a quienes les votan, se deben a los bancos que les sufragan los gastos, que no se cubren con las cuotas de los afiliados y las subvenciones públicas.
Y los ciudadanos nos hemos instalado en un hedonismo que impide poner coto a todo eso. Cada uno a nuestra bola, a conseguir las cuatro comodidades para vivir lo mejor posible los demás que arreen.
La base del asunto está en tu último párrafo, si los ciudadanos no hacemos nada, también terminaremos siendo cómplices.
El asunto está claro, los partidos necesitan dinero, para aguantar el ritmo de gastos, viajes, reuniones, consejos, empleados, congresos.No hay mas que ver la sede del PP en el centro de Madrid y contar los empleados que salen, lo mismo que si miramos la sede de cualquier otro partido. El dinero que prestan los bancos, lleva consigo el riesgo de las compensaciones, así que queda mejor arriesgarse con las comisiones, lo cual da pié a que se atraviesen chorizos de cuello blanco, que se aprovechan de la situación.
Si además el choriceo resulta que da votos, mal lo tenemos.
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