martes, junio 02, 2009

CATALAN EL QUE NO VOTE

Por un acontecimiento familiar me he trasladado a Ciudad Real. Así que aprovechando la ocasión ahora que la jubilación me permite hacerlo, partí con dos dias de antelación con el fin de hacer turismo por esa siempre sorprendente Castilla la Mancha.Durante esos dos dias bien aprovechados, me pateé la ciudad, sus principales monumentos y tres de sus museos, disfrutando de descansos para tomar la correspondiente cerveza, que en esta ciudad va acompañada siempre de exquisitas tapas.
Al acabar la jornada y tras refrescarte en el hotel paseo de rigor hasta la Plaza del Pilar y la Plaza Mayor, con su moderno ayuntamiento y su especial "carrilón" que es una verdadera atracción turística.
Ambas plazas son el lugar de encuentro, para tomar unas cañas con los amigos y familiares y poder tomarle el pulso a la ciudad, cuando ya el sol deja de agobiar.
Se disfruta además de un vientecillo que te hace mas apetecible las últimas horas de la tarde.
En resumen una pequeña capital de provincia, con buena comida y gente encantadora a tenor de la amabilidad con que fuimos atendidos, en hotel, Diputación, Ayuntamiento y Museos, incluida la Catedral en la que un buen señor nos explicó su historia y su patrimonio con un conocimiento y amabilidad encomiables.
En el hotel coincidíamos un grupo de Catalanes y la expedición del equipo que jugaba contra el Ciudad Real el partido de vuelta de la copa de Europa de balonmano, así que no tuvimos mas remedio de enterarnos de la final, a parte del ambiente que se respiraba en toda la ciudad.
Tambien nos enteramos que precisamente en una fuente que está en la plaza Mayor, es donde la afición, suele celebrar sus títulos en dicho deporte, que por cierto son muchos, si se tiene en cuenta el tamaño y potencia económica de Ciudad Real, a gran distancia con la de los equipos con los que se codea.
Aunque la gente estaba convencida de que ivan a lograrlo, no las tenían todos consigo, sobre todo cuando a los diez minutos de la 2ª parte la diferencia llegó a ser de 9 goles a favor de los visitantes. Pero en un final de verdadero infarto el Ciudad Real se proclamó por 3ª vez Campeón de Europa.
Como es natural la ciudad se desbordó y se tiró a la calle a celebrarlo, así que corriendo nos dirigimos a la plaza mayor, para vivir en directo el acontecimiento y el baño multitudinario de los jóvenes que llegaron a llenarla del todo.
Luego continuó la fiesta y todo transcurría con absoluta normalidad, así que me encontré celebrando un título que me hubiera gustado que ganara el Barça, pero que al no ser así, estaba haciéndolo con los mas cercanos.
Pero de pronto comienzan a cantar en consabido estribillo, vote, vote, vote, catalán el que no vote, naturalmente ni yo ni mis compañeros de hotel saltamos, por lo que un par de elementos con los que habíamos estado hablando con anterioridad, nos vienen a preguntar con un poquito de mala intención, ¿porqué no habíamos saltado.?
Le contesté, porque somos catalanes y además no entiendo que tenemos que ver en esto los catalanes; se fueron ha hablar con otro corrillo y de pronto nos vimos rodeados por un grupo de jóvenes con banderas de España, cantando el otro estribillo, "yo soy español, español, español", que terminó cantando media plaza, así que dicidimos abandonar la fiesta, al comprobar el resultado de la siembra de cizaña que han realizado contra Catalunya, haciendo del deporte una nueva religión que mezclada con política, crea un cóctel tan peligroso que ya vemos lo que comporta cuando se celebran grandes eventos deportivos.
Seguro que no toda la gente de Ciudad Real será igual, pero paseando por ella y viendo las banderas que portaban y los estribillos que cantaban, me dió la sensación de que la sin razón está demasiado extendida. Lástima, hasta ese momento mi impresión sobre la ciudad y sus habitantes fué que la habitaban gente encantadora, que estoy seguro que sí que la hay.

2 comentarios:

Joana dijo...

Como bién dices.... es lo que hay.
Un abrazo

. . dijo...

No te puedes imaginar lo que es luchar contra esas actitudes aquí en Andalucía. Cualquier conversación sobre el tema termina invariablemente con la exaltación del españolismo más casposo. Ni hablar de cuando se me ocurre decir que en toda España, el catalán el euskera y el gallego deberían ser estudiados en las escuelas, al menos como segundo idioma optativo. Entonces ya soy catalogado directamente de lunático. Como dice Joana, es lo que hay.