Cuando emigras o te hacen emigrar como es mi caso, pagas un duro peaje, pierdes tu familia, hermanos, abuelos, tios, primos amigos de colegio y de infancia, tu entorno, tu habitat, todo ello a cambio de la busca de una mejora de vida.
Los principios, cuando estas ya en edad de pensar por ti nismo, son dramáticamente duros, no entiendes nada, no sabes lo que pasa,son muchas las cosas que pierdes.
A cambio una dura existencia, hacinados en habitaciones con suelo de tierra y paredes de tochanas, en guetos, sin urbanizar, sin servicios de ninguna clase.
Una durísima existencia, que tarda demasiados años en cambiar, para que vayas superando los momentos difíciles y comienzes a dar por bueno el hecho de haber tenido que emigrar.
Miras hacia atras contemplas el presente y piensas que ha valido la pena, llegas a creer que ya has pagado tu peaje.
Pero de pronto la vida, te da una patada inesperada y te das cuenta que no has terminado de pagar el peaje, es mas, que nunca mientras vivas terminaras de hacerlo.
Que son demasiados kilómetros de por medio, que las circunstancias, los atavares de la vida, no son compaginables, con los horarios, de trenes, de aviones y que ello te impide estar con los tuyos en momentos en los que desearías estar a su lado para compatir y apoyarlos en su dolor.
Se te van poco a poco la gente que quieres aunque sea en la distancia y no puedes estar a su lado en los últimos momentos, ni en los psoteriores a su marcha, entonces
te das cuenta, que siempre estaras pagando por algo que ni siquiera fué culpa tuya.
1 comentario:
Gracias.
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