viernes, noviembre 13, 2020

LA CULPA ES DE TODOS

Aunque la foto tenga gran parte de la razón, la culpa como todo en la vida tienen que ser bien repartida como tendrían que ser igualmente los recursos La cosa ha sido de todos porque lo hemos consentido, porque nos cegó la avaricia y buscando la falsa felicidad de la comodidad lo dejamos todo solamente en los políticos, como si estos por si solos fueran a arreglar nuestros problemas y se nos olvidó de pronto como habíamos llegado a la muerte del dictador.

Los medios de comunicación y los políticos ya hemos visto como cual camaleón han ido paulatinamente cambiando de color, según de donde venía el sol en cada momento, llevados por sus intereses económicos. Al fin de cuentas, han terminado prostituyéndose poco a poco por dinero a cambio de favores. El hoy por tí mañana por mi y el Todo por la patria, han sido los dos lemas en los que han basado su engaño y a fe que lo han conseguido.

¿Qué han hecho nuestros políticos en los que hemos confiado tan ciegamente? Exactamente lo mismo, anteponer sus necesidades individuales y por ende las de sus partidos, actuar en proporción al valor de los votos que necesitaban para renovar una y otra vez su nombramiento, para conservar privilegios, primas, sueldos y otros emolumentos que jamás habrían logrado con sus conocimientos, algunos ni en el  mejor de sueños. Se han enraizado en sus puestos con la fuerza de una lapa que tan difíciles son de despegar si no las coges a tiempo.

¿Pero y nosotros que hemos hecho, a parte de la lucha que mantuvimos contra el franquismo que tantas vidas costó? Lo peor que hay en la vida "ACOMODARSE", habríamos tenido que seguir la lucha, y una vez más como hasta ese momento, jugárnosla, pero no lo hicimos y ya hemos visto las consecuencias por dejar pasar una ocasión como aquella.

En aquel momento (la muerte de Franco) teníamos todo el mundo expectante y mirando a España, los países importantes políticamente ya venían advirtiendo a España, que si quería entrar en el mundo occidental tenía que cambiar su estructura y sus formas de gobernar, pero no le interesaba a nadie una  revolución. Si nos hubiéramos tirado a la calle pacíficamente exigiendo los cambios radicales que se necesitaban, hoy seríamos una República Federal, porque a los inversores que había obteniendo pingües beneficios nos les convenía otra guerra civil.

Los políticos de entonces, los mal llamados "padres de la patria", estaban locos por coger las riendas cuanto antes, se pusieron a buscar cada uno lo que más les convenía a ellos y a sus respectivas regiones.
Mientras el ejército estaba acuartelado y en amenaza permanente, con sus mandos vigilando como se escribía la nueva constitución.
El resto seguimos sentados en el sofá cómodamente siguiendo por TV los acontecimientos y viendo partidos de fútbol, como si lo que estaba pasando no nos concerniera.

Comenzamos por tragarnos la imposición franquista de un nuevo rey Borbón, que y hemos visto como nos ha resultado, y seguimos callados como si la cosa no fuera con nosotros. Votamos la nueva constitución, en la que a parte del regalo del un nuevo REY, para más INRI Borbón, nos tragamos un montón de sapos. Consentimos seguir bajo la bandera de Franco, consentimos seguir cantando su himno,  al que para disimular la risa le quitaron la letra; consentimos que continuaran las instituciones franquistas, que le dieran subvenciones para perpetuar la memoria, de uno de los peores dictadores que ha tenido nuestra historia; consentimos que la gente de armas, militares, guardia civil y policía siguieran siendo los mismos y con los mismos ideales. No solo no se expurgó ninguno, y se siguieron condecorando algunos. Jueces no se cambió ninguno y se consintió escandalosamente que fueran copando todos los puestos importantes para cuando llegara el caso,  tener la situación bien controlada. 

Y ahora nos quejamos, aunque sea en los bares cuando están abiertos, y en eso que llamamos redes sociales, de tanta calamidad, como si todo lo que nos ha llovido haya sido fatalidad, mala suerte o pura casualidad. Pues nada, a seguir votando a los mismos, a protestar en la redes, a seguir con nuestros miedos, mirando desde el sofá, como la TV nos explica los fallecidos del día, a mantenernos a dos metros y a lavarnos las manos como si nada ocurriera, como colocar la mascarilla y cuando estará la vacuna, y a esperar la navidad que ya la tenemos encima, quien la pueda celebrar.






 
 

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