miércoles, marzo 25, 2020

LA ESPAÑA POR FUERZA

De estos días de recogimiento forzado, gran parte de ellos los paso dedicado a la lectura y a repasar y archivar algunos de los resúmenes de libros leídos. Uno de los repasados pertenecen a una conferencia organizada por la Casa de Andalucía de nuestra ciudad, en la que el profesor Alpujarreño Ferramán aben Bela, nos deleitó con una disertación sobre como se forjó una España, a base de sangre y fuego, en la que poco a poco pero de una forma contundente se fue extirpando cualquier seña de identidad o de cultura de todos los pueblos ibéricos. Al mismo tiempo que se ocuparon de intentar eliminar la inmensa cultura que poseían todos ellos y les condenaron a la uniformidad, bajo el peso de las armas y el castigo a sangre y fuego.

Afortunadamente, hubo muchas personas poderosas del mundo de la cultura que consiguieron poner a buen recaudo y que salieron de España, -algunos para siempre- millares y millares de libros, escritos y documentos, que hoy en día existen diseminados por muchos archivos, bibliotecas y museos de todo el mundo y que en la era digital están a disposición de cualquiera que se interese por ellos.

Volviendo a la conferencia el profesor Ferramán, nos habló con todo tipo de detalles, como se les eliminó el idioma que se hablaba en el al´Andalus y en otros reinos de España, (aunque en menos proporción) debido al intercambio tanto comercial, como cultural, el Aljamía.

Aljamía, es una lengua mezcla de romance y Latín, con incrustaciones de anteriores lenguas visigodas y romanas.


La caída de Constantinopla y sus consecuencias marcan el principio, de un cambio en las reglas de juego, política y comercialmente y dan orígen a un nuevo repartimiento del poder a nivel mundial.


Fruto de ello los Reyes católicos aprovechan la nueva situación y arremeten con su cruzada e imponen el cristianismo a sangre y fuego con el apoyo y bendición de la Iglesia Católica, poder supremo de la época, que ve con buenos ojos frenar la gran propagación con la que el islamismo se estaba imponiendo por todas partes.


En 1453, tras la caída de Constantinopla, los Reyes Católicos ordenan la expulsión de los moriscos, salvo que se quieran convertir al cristianismo, Lo que da pié a que se llevaran cabo bautizos masivos en todos los reinos de las Españas.


Los que se negaron a renunciar de su religión, como ya es sabido fueron expoliados de sus bienes y tuvieron que abandonar  sus lugares de residencia en los que vivían hacía ya varios siglos. Los reyes y los poderosos de la época se apropiaron indebidamente de sus bienes, principal fin de la expulsión, ya que sabían muy bién que el solo pasar por el bautizo, no les haría renunciar a sus creencias.


Unos años más tarde, en una de las visitas que solían hacer a Granada, los reyes católicos comprueban con estupor, que ha pesar del tiempo transcurrido, sus súbditos -a la fuerza-, se mantenían fieles a las costumbres nazaríes, por lo que ordena al cardenal Cisneros la "cristianización" inmediata de toda la zona, con todas las fuerzas y medios que estuvieran a su alcance, por lo que nuevamente se produjo otra nueva oleada de bautizos por miedo a las represalias, la gente ya sabía como se las gastaba el inventor de la criminal inquisición que terminaría imponiéndose en todas las urbes cristianas bajo el control del papado de Roma que se tapó los ojos y miró para otro lado, para no perder, las entones las inmensas cantidades de oro que les enviaban sus devotos reyes.

             
           El Cardenal Cisneros, confesor, consejero y mano derecha de Isabel la Católica


Muchos años después en 1566, Felipe II se da cuenta que en Andalucía se seguía usando la antigua lengua de al-Andalus, el Aljamía, y legisla su eliminación ciminizalizando su uso. Como le era ya imposible expulsarlos, les da un plazo de tres años para aprender el castellano, a pesar de que la mayoría de la gente lo conocía como una segunda lengua. A pesar de todo el idioma impuesto, no se usa apenas como habían previsto y entonces ordena, que a todo aquel se sorprenda hablando el Aljamía, les sea cortada la lengua. La orden se cumplió tan a rajatabla, y fue tan eficaz que aunque miles quedaron mudos para siempre, la medida hizo que se abandonara masivamente y se llegara a la extinción. 

A pesar de intentar la exterminación de todos los documentos que cayeron en sus manos, no consiguieron eliminar la lengua y hoy en día existen eruditos, que aunque muy escasos, continúan enseñando y publicando en Aljamía, que continúa siendo una lengua en extinción.



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