Pueden mantenerlos en la cárcel y en el exilio el tiempo que deseen, tienen en su poder todas las herramientas jurídicas y de fuerza necesarias, pero no han podido aniquilar sus fuerzas ni enjaular sus pensamientos que permanecen firmes y vigorosamente libres como los halcones.
Los que los votamos para que se pusieran al frente del proyecto de una Catalunya libre e independiente, a ratos nos sentimos desanimados por todo lo que están sufriendo ellos y sus familias, por nuestra impotencia en poderlos ayudar ante tanta injusticia.
Pero no podemos ni debemos perder la esperanza, porque ésta, es para todos que luchamos por la independencia de Catalunya, como un salvavidas para un nadador la garantía de que un día u otro llegaremos a conseguir nuestro objetivo,
A los catalanes nos gustan los políticos responsables, como estos que dieron su libertad a cambio de llevar a cabo nuestros sueños, por el mismo motivo que rechazamos a los del discurso fácil e incendiario. No somos separatistas, somos independentistas aunque algunos no lo entiendan y otros no quieran entenderlo.
Sabemos y nuestra historia lo demuestra, que lo importante no es enfrentamiento, sino la negociación, por eso fuimos siempre comerciantes, Creemos en la negociación y el debate, y éste, por muy enconado que sea, permite reducir las diferencias y llegar a acuerdos favorables a ambas parte, para salir de él más fuertes y unidos para el bien común.
Seguimos pensando en que hay que usar el cerebro, no la sangre. El éxito de nuestra lucha por la independencia no será el resultado de un esfuerzo individual, sino del esfuerzo colectivo de todos los catalanes.
Debemos pensar que en todas la entidades políticas y sociales, siempre existen hombres y mujeres, buenas personas, que desean fervorosamente, tener un existencia digna, que anhelan la paz y la justicia y buscan la estabilidad necesaria para poder conseguirla y dar a sus hijos un futuro mejor. A esos tenemos que dirigir nuestro esfuerzo y con ellos tenemos que entablar la negociación necesaria.
Para eso es necesario mantener fuerte nuestro objetivo, redoblar nuestra lucha y no perder jamás nuestra esperanza, por negros que sean los nubarrones que nos planean.
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