Visitar Logroño, es siempre una delicia, hacerlo con motivo de la fiesta de la vendimia, "SAN MATEO", es un auténtico placer que recomiendo a todos cuantos os guste, la gastronomía, la convivencia ciudadana, sus festejos, sus costumbres y su manera de celebrarlos.
La ciudad, los pueblos de su entorno y gente de todo el mundo, se dan cita en estas fechas, para compartir unos días de jolgorio y actos culturales dentro de un programa de lo más amplio y sugestivo, para cualquier gusto.
Aunque yo soy antitaurino, desde que me he hecho maduro y no soporto ya el tormento al que se somete al toro, no me he perdido ni un solo día la asistencia a la plaza a las 9 y media en punto, el espectáculo de recortes a los toros y la posterior suelta de vaquillas para los más jóvenes y atrevidos, la verdad es que se pasa una hora muy entretenida, sin necesitad de torturar al animal.
A su término, la riada de personas, se va extendiendo por todos los puntos de la ciudad, donde las distintas peñas se encargan de que puedas recargar pilas degustando sabrosos productos de la tierra.
Hacia en medio día, imprescindible paso por las zonas de tapas de la famosa calle Laurel, ahora ampliada con la zona de la calle San Juan, donde puedes disfrutar de una inimaginable forma de tapas para todos los gustos y economías.
Tras la siesta, el desfile de las peñas hacia la plaza de toros, es otro de los actos que no puedes perderte cada día, una vez los dejas a ellos con su corrida te marchas a la plaza el Espolón, donde puedes saborear un estupendo café con los dulces que quitan el hipo, en cualquier pastelería de la zona, mientras haces tiempo hasta la salida de las peñas de los toros, recorriendo nuevamente la ciudad y llenado de color, música y alegría las abarrotadas calles.
Actuaciones de todo tipo y para todos los gustos en diferentes plazas de la ciudad, hasta la hora del tapeo de la noche, antes de marchar al parque de la Ribera, para comtemplar cada noche el espectacular concurso de fuegos artificiales.
Finalmente paseo por los diferentes espectáculos programados, buñuelos, churros, chocolate y a recogerte a partir de la una de la madrugada, a pesar de que aún a esa hora las calles están más que concurridas.
Así cada día, hasta el sábado con el desfile de carrozas y la quema de la barrica de la vendimia, donde unos días antes fueron recogidos los primeros mostos, y ofrecidos a la virgen de Valvanera, patrona de la autonomía, en una plaza del ayuntamiento, donde no cogía un alfiler.
Para descansar, un par de día visitando la ribera baja Alavesa, Laguardia, el pueblo natal del fabulista Samaniego, a solo 15 kms. de Logroño, donde se concentra una de las mayores producciones vinícolas de Europa y que es imperdonable no visitar, por su encanto, sus vinos, su gastronomía y como no, con la amabilidad, una característica, de la gente del país vasco, en un ambiente musical, debido a los diferentes grupos que te encuentras en cualquier calle, bar o restaurante y que ponen un punto casi mágico a tu visita.
A la vuelta, visita a Calahorra, pasando como es obligación a comer a la Taberna de la cuarta esquina, donde ponen un "rabo de toro", para chuparte los dedos, tras el recorrido por los principales monumentos, un alto en el camino, hacia el monasterio de Rueda, pasando previamente la noche el el Hotel Castillo de Bonavia.
En definitiva una fiesta la de San Mateo, en Logroño que se puede recomendar a todos, sin miedo a defraudar a nadie. y una forma diferente de aprovechar el valioso tiempo de los maduros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario