Mientras, me sigo haciendo de fotos de la época y las organizo por años, estoy repasando libros y documentos de entonces, para que se puedan entender algunas cosas, que a los que no la vivieron les pueden resultar difícil hacerlo.
En el año 1950, Mataró tenía 31.642 habitantes, y a pesar de que Joaquín Llovet, en su libro:De los orígenes de la Villa, a la ciudad contemporánea dice: que ya se notaba una cierta corriente immigratoria, en el año 1955 el censo fué de 34.285 habitantes o sea 2.643 habitantes más, lo que representaba un 8% aproximado de crecimiento, lo cierto es que no había llegado aún la gran avalancha.
En cambio, en los siguientes cinco años, en el 1960 Mataró tenía 41.128 habitantes, 6.843 habitantes más, es por lo tanto entonces cuando empieza, la década mas dura la mayor parte de estos casi 7.000 habitantes, van a para al gueto de Cerdanyola, entonces llamado Pueblo Seco, porque no había agua ni para lavarse, un terreno de fango rojo, antiguos viñedos desahuciados que ya no producían absolutamente nada, donde se habían levantado algunos chalets. (de ahí venía la parada del tranvía del mismo nombre)
Sus propietarios vieron la ocasión de hacerlos rentables y sin ninguna clase de escrúpulos y con el consentimiento del ayuntamiento, comenzaron a vender parcelas sin ningún plan urbanístico sin unos mínimos servicios, no había ni luz, ni agua, ni cloacas, ni aceras, algunos solares incluso con hipotecas concedidas con anterioridad, con lo cual muchos compradores se encontraron que tuvieron que levantarlas dos veces.
Aunque tambien hubo buenas personas como el Sr. BARRAU, que ayudó a muchas gentes, ya sé que algunos dicen de él que revendía, pero lo que no se puede olvidar y dejar de agradecer a éste buen hombre, es que gracias a él y a sus facilidades de pago, hoy muchas familias del barrio tienen una vivienda propia; aún recuerdo cuando pasaba los domingos, que era cuando la gente aprovechaba para construirse los pisos y la gente le daba un trago de vino de la bota y le decía Barrau, ésta semana no te puedo dar nada que he comprado cemento y tochanas y él se guardaba la libreta y les decía, bueno pues hasta el domingo que viene, incluso su Sra. podrá decir que algunos se aprovecharon de su muerte para dejar de pagar restos de deuda.
Al márgen de las viviendas que se construyeron en la carretera de argentona frente a los chalets,(donde mas adelante se abren los primeros bares del barrio, EL PARADOR, EL TANGER, EL BAR CAPARROZ, punto de reunión para los jóvenes, y entrada y salida del barrio con el tranvía), se configuran las dos primeras calles, Mª Auxiliadora y Santo Domingo Savio, no podía ser de otra manera, un salesiano Don Manuel campaba por el barrio, obligando a ir a misa los domingos incluso a los que se estaban construyendo las casas, de esa manera y de alguna otra que ya iremos contando el barrio de Cerdanyola, quedó definitivamente ligado al colegio Salesiano, ya que tambien ellos y los parroquianos de San José, fueron los que iniciaron los movimientos necesarios para conseguir la parroquia del barrio a la que se le impuso también el nombre de su patrona Mª Auxiliadora.
Fueron años durísimos para muchas gentes, en condiciones que hoy nos parecen imposible de soportar, habitaciones de tochanas, con techos sin terminar, por los que entraba el agua a cántaros cuando llovía, suelos de tierra, saliendo al campo ha hacer las necesidades, sin duchas, sin agua corriente, ésto para mucha gente que había venido del pueblo despues de vender a mal precio su casa del pueblo, para venir y encontrarse aquí con unas condiciones de vida extremas, pero sin dinero ni opciones de volver, no tuvieron mas remedio que agachar la cabeza y luchar...luchar lo indecible...sufrir...llorar hasta no poder mas, los hijos sin escolarizar, trabajos mal pagados y eso sí muchas horas por trabajar a tope para salir adelante, popr eso digo que realmente esa fué LA DECADA MAS DURA.
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