jueves, octubre 05, 2017

COMO VIVÍ EL 1 -O


La última semana de la campaña por el Referéndum ha sido la más intensa de todas las elecciones de cuanta he vivido. Aunque ya había participado en otras anteriores de una forma activa, ya que considero que la democracia si no es participativa no es tal, esta ha sido algo extraordinario que ha valido la pena vivir en primera linea de las trincheras. Como asociado a ANC, he asistido a actos de preparación y conferencias que me han sido posible. 


Pero a partir de la llegada de los cuerpos de seguridad del estado y las detenciones de los altos cargos de la Generalidad el ritmo ha sido trepidante. Concentraciones de miles de ciudadanos delante el ayuntamiento, empapelamientos masivos, casi a diario para dar faena a los "quita carteles"que han malgastado su tiempo inútilmente. Mítines de fin de campaña (Espectacular el de ERC, con el parque central viejo abarrotado y la emoción a flor de piel de unos republicanos ilusionados) 


Aún me quedaban las mejores emociones, el viernes por la noche me tocó ir a proteger los colegios electorales, para que no los pudieran precintar. En principio yo tenía mis dudas, las circunstancias, el miedo de la gente mayor,  Rajoy amenazando con multas a todo el mundo, bulos de que los jubilados que fueran a votar no iban a cobrar el mes de octubre, el poco movimiento de actividades convocadas, ausencia de los partidos de izquierda, sobre todo el PSC animando a no votar, daba la sensación de que sería difícil conseguirlo, en Cerdanyola 


Finalmente el viernes, tanto al colegio Puig i Cadalfach, como al de la calle Nápoles, fueron llegando voluntarios para defender los colegios pacíficamente y en número suficiente para ponérselo difícil a los Mossos. El sábado comenzaron a llegar alumnos para llevar a cabo sus actividades preescolares de los fines de semana y gente que quería participar, juegos y deportes mantuvieron la actividad durante todo el día. Espectacular el número de personas que sacrificamos en día entero yendo y viniendo, haciendo relevos en los horas de la comida, para que siempre hubiera el número suficiente de personas activas que impidieran el cierre de los colegios a no ser que se usara la fuerza bruta. 

Emocionante a última hora de la tarde de la llegada de los tractores encabezados por Pep Riera, a la plaza Isla Cristina, que se llenó en momentos, de personas aclamando a los tractoristas y gritando queremos votar. Así como la llegada de alumnos con sus pertrechos para pasar la noche en los colegios. Abrazos, aplausos y las primeras lágrimas de emoción, de las muchas que se iban a ver en adelante, en los momentos de más tensión. Me fuí a dormir bien tarde, y me costó conciliar el sueño. 



Sonó mi reloj a las 4,30 de la madrugada, por fín el día uno había llegado. A las cinco en punto llegábamos al colegio, ya había unas 20 personas. La mañana era fresca. Con tan poca gente vamos a poder hacer poco cuando lleguen los Mossos pensaba para mis adentros. Pero al poco tiempo comenzó a llegar gente a un buen ritmo, hasta que en menos de una hora ya habíamos más de 200, número más que suficiente para defender las urnas y los votos, siempre eso sí de una manera pacífica y pasiva. Comenzó una lluvia fina que acabó en un buen chaparrón, nos refugiamos en los paraguas y nadie abandonó, solo algunos de los que vivían cerca fueron a buscar más paraguas por si la lluvia perduraba.


Cuando llegaron los Mossos, a las 6 de la mañana ya éramos más de 500 ciudadanos, les cerramos la entrada y de una manera educada, nos pidieron que le dejáramos pasar, al menos para poder levantar un acta  de su actuación, le abrimos un pasillo, entraron, cumplieron con su obligación y se marcharon. El primer envite estaba superado, aplaudimos. Comienzan a llegar los componentes de las mesas, faltan cinco de los nombrados, como prevé el reglamento se piden voluntarios y al instante se levantan manos de sobra para sustituirlos. Durante casi dos horas se montan las mesas, se bajan las aplicaciones para dar comienzo la votación, finalmente a las 9,45 se abre el colegio y comenzamos a votar. Fuí el tercero de mi mesa, el cuarto ya no pudo hacerlo habían echado abajo el sistema telemático para votar. 


Pero entonces comenzó lo mejor del día, nadie se marchaba y cada vez aumentaba el número de votantes, todos los técnicos voluntarios se pusieron a trabajar a tope, lo arreglaban y se los volvían a echar abajo, así dos largas horas , en las que fue aumentando el número de personas el pabellón a tope , las colas comenzaron a crecer y cada vez se hacían más larga. Comienzan las primeras imágenes de las actuaciones sangrientas que está llevando a cabo lasa fuerzas de seguridad de estado, pero nadie se marcha todos siguen al pié del cañón. Finalmente consiguen la aplicación definitiva que funcionó ya todo el día, la gente comienza a votar, se hacen fotos, se aplaude, se canta, se abrazan lloran, ¡lo hemos conseguido! 


Siguen llegando ciudadanos, que traen café, pastas, bocadillos, agua, para que no les falte de nada a los componentes de las mesas, a los apoderados, a los informáticos y a todos los responsables de la organización. Ahora solo queda que haya siempre personas en número suficiente para la defensa de las urnas. La gente vota, va a casa desayuna y vuelve al patio donde permanece las horas que fueron necesarias. Escalonadamente la gente que ya ha votado va a sus casas a comer, después vuelven En el patio se juega al fútbol se comenta las durísimas cargas policiales que habían comenzado a circular, sobre todo las más cercanas las de Dosrrius, Argentona, sube un poco la tensión y todos estamos pendientes y temerosos de que se presentaran los policías. Cada vez somos más y esto nos da fuerza y confianza.


Afortunadamente no fué así, se acabo la votación se comenzó y finalizó el recuento, entre aplausos fuimos conociendo los resultados de cada mesa y el resultado del colegio, son las 11 de la noche y la gente que espera fuera para conocer los resultados prorrumpe en aplausos y nos ponemos a gritar todos juntos "Hemos votado" "Hemos votado" El referéndum se ha celebrado.  Llegamos a casa a las 12 de la noche, muertos de cansancio y de sueño pero orgullosos, de los más de dos millones de catalanes que hemos dado un ejemplo al mundo. No tan solo porque hemos conseguido votar pese a las tremendas dificultades que ha habido que superar. No solo hemos votado, hemos hecho guardias, hemos aportado lo que ha hecho falta pagándolo de nuestro bolsillo sin escatimar esfuerzo de ninguna clase y hemos demostrado al mundo entero que cuando un pueblo se une de esta forma en defensa de unos ideales la democracia es imparable, y a nuestros políticos que no les hemos fallado, ellos han cumplido lo que le exigimos y nos prometieron llevar a cabo y les hemos pagado con la misma moneda. Ahora ya puedo morir tranquilo nos hemos ganado la República Catalana. ¡¡¡Visca Catalunya Lliure!!!








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