¿ CULTURA = MEJOR PREPARACIÓN ?

Son demasiados los políticos  responsables del desaguisado del deterioro de la enseñanza y la cultura, que nos sitúan de nuevo en el pelotón de los torpes, los que se llenan la boca con la opinión de que al día de hoy tenemos la generación mejor preparada de nuestra historia.
A pesar de ello tenemos cinco millones de parados y según nos dicen ahora llegaremos a los seis, sin que nadie de con la fórmula de frenar estas cifras que aumentan con los datos mensuales del servicio de estadística.
Lo que en realidad tenemos son unas generaciones que han dispuesto de mayor posibilidad de estudio y de recursos, aunque viendo los resultados, da la sensación de que han sido malgastados.
La democracia debería haber traído, un acuerdo político entre todos los partidos sea cual sea su ideología, en implantar un sistema único, público y de calidad al servicio del país.
En su lugar se han dedicado a discutir entre ellos "sin son galgos o podencos", sin darse cuenta de que el tiempo corre vertiginosamente y cada vez nos quedábamos más lejos de los conejos que pretendíamos cazar.
Ahora nos dicen que en este país de panderetas, toreros, yernísimos y princesas del pueblo, ya no quedan analfabetos. Si por ello se entiende, saber leer -sin entender lo que se lee- las cuatro reglas y contar - con los dedos en muchos casos todavía-, está claro que los números cantan y parecen darles la razón.
Pero es que mientras nosotros aquí discutíamos la raza de los perros, la pieza se nos ha ido demasiado lejos y ahora me temo que no la alcancemos nunca.
Mientras que en los países con los cuales nos quieren ahora comparar nuestros políticos, según sus propios intereses, separaron a tiempo la religión de la cultura, pusieron los curas a trabajar, les quitaron los privilegios a la  iglesia  y entendieron que la cultura es la base de cualquier avance económico para cualquier sociedad que se precie.
Aquí seguimos, agarrotados cada vez más sumisos y sin romper los lazos que nos atan a una iglesia que se ha anclado en el pasado y no reconoce los avances de la ciencia que pongan en entredicho su control y dominio de la sociedad, basado en el mismo concepto que los políticos han terminado por compartir, aunque si leemos la historia  de la humanidad está claro que ambos han usado y usan para controlar:EL MIEDO.
Es EL, el que hoy nos tiene postrados, asustados y  lo que es peor sin capacidad de reacción, ese miedo que paraliza a la víctima que hace que esta quede indefensa ante el cazador, prueba evidente, en lugar de plantar cara, nos hemos puestos en manos de los responsables y les hemos dado todo el poder para que hagan con nosotros lo que quieran incapaces de lanzar siquiera un grito de protesta.
Ahora la cultura volverá a ser el farolillo rojo de la clasificación, si es que en alguna ocasión dejó de serlo, menos recursos, menos becas, menos maestros, más religión y eso sí más enseñanza privada, que para ellos es la madre del cordero.
Resultado, la juventud de Europa, que menos dominio tiene de idiomas, de las nuevas tecnologías que no sean los juegos, las consolas y los teléfonos móviles para cruzarse mensajes en los que con la excusa de acortar, esconden sus mínimos conocimientos gramaticales del único idioma que creen dominar perfectamente.
Mientras, engrosan las listas del paro echándole la culpa a los padres y profesores y divirtiéndose eso sí todos los fines de semana en esas fiestas con las que se inician en el alcoholismo y el sexo a una edad cada vez más tempranas y cambiando el hábito de leer, por el de ver en TV a la princesa del pueblo y a cuatro guarrindonas de turno que se enorgullecen de un  currículun, que no tienen, mientras se tiran a la cara el haberse quitado el novio o se enorgullecen contando las veces que se han acostado con uno u otro, sin que la iglesia que sepamos, haya montado nunca una manifestación en contra de estas prácticas, que no son para nada ejemplares para la formación de esas familias que nos dicen defender.
Eso sí, tenemos los tenistas, los ciclistas, los actores, los yernos ideales de princesas y sobre todo la roja y la rojita, a los que colmamos de títulos y que nos lanza a la calle en una euforia de felicidad que  nos hace creer que al menos en algo somos la generación mejor PRE - PARADA.