El Presupuesto debe equilibrarse, el tesoro reprovisionado, la deuda pública debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios públicos,(los de élite)debe ser moderada y controlada, y la ayuda a otros paises, debe controlarse, para que el estado no vaya a la bancarrota.
La gente debe aprender nuevamente a trabajar, en lugar de vivir a cuenta del estado.
Aunque no lo parezca, esta cita es de MARCO TULIO CICERON, y la dijo el año 55 a. de C.
¿Les suena a algo?...¡Que poco aprendemos de los errores anteriores!
1 comentario:
Para citar a los clásicos, lo primero que hace falta es leerlos, hace años por motivos académicos, pasé mis ojos por las catilinarias y las filípicas, las dos obras principales de este Senador romano. Lamentablemente somos un país que va cayendo en una incultura progresiva y esto es aprovechado por desaprensivos, conscientes de que la mayoría de la población no sabe diferenciar una cita de Cicerón de una burda manipulación.
No hace demasiado, el Confidencialdigital lanzó el bulo de la XI Centuria de Nostradamus, sobre el desgobierno de Zapatero, siendo que Nostradamus solo escribio DIEZ centurias... se trató de un engaño penoso.
Ahora alguien está difundiendo una cita que de tan manipulado el original, se puede considerar inventada. Esta "versión" surgió en 2008 en Inglaterra y pretendía referir la situación estadounidense de aquel momento.
En ella hay anacronismos de bulto, por ejemplo, las ayudas a países extranjeros y el hecho de que alguien pudiera vivir a costa de la asistencia social, hipótesis delirante al final de la República.
Desgraciadamente todo lo que encuentra por Internet se suele dar por bueno y se generaliza como cierto.
Cualquier persona con espíritu crítico, debería hacer el ejercicio de encontrar la fuente original en Latín, que traducida viene a decir exclusivamente lo siguiente:
"La arrogancia de los funcionarios públicos debe ser moderada y controlada, y la asistencia a extranjeros debe ser reducida, para evitar la caída de Roma."
De todas formas, tengo claro que muchos prefieren quedarse en el mundo de los unicornios azules y las hadas mágicas, que tampoco pueden demostrarse que no existan.
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