Tenía un tejedor, en uno de los locales, en que se convirtió la antigüa fábrica. Uno de las veces que había ido a buscar piezas de tejido, había una máquina excabadora haciendo polvo uno de los muros, para poder dar entrada a una máquina de tejer, nadie movió un dedo en evitarlo, claro que entonces, Can Fábregas, era solamente una de las tantas naves industriales, que habían quedado absoletas para cualquier tipo de negocios.
Mataró ha sido y es una ciudad industrial, en la que salvo cuatro ecepciones, de los indianos de aquella época, no posee apenas edificios que merezcan ser reseñados como patrimonio artístico relevantes.
Hace algunos años alguien tuvo la "gran idea", de artificialmemte crear un catálogo de edificios industriales, entre los que se colocó "Can Fábregas", no por lo que representaba como patrimonio, sino porque de lo que quedaba en pié, era lo único que podía "colar" como tal.
Naturalmente, de no haber sido porque entonces en la Generalitat, ya se había instalado el tripartito, jamás se hubiera autorizado la catalogación como patrimonio, de un edificio con tan escaso mérito.
Entonces la oposición estuvo en contra de ella y no recuerdo la votación final, pero creo que votaron en su contra todos los que ahora se oponen a su desparición.
Luego ya hemos visto a donde hemos ido a parar, los partidiarios de unos y los de otros, tomando posiciones para llevarse el gato al agua y la decisión Salomónica, que al final no deja contentos a nadie y nos va a costar a los ciudadanos por uno u otro camino unos millones de euros, que al final pagaremos entre todos, cuando el fallo lo han tenido unos cuantos.
La demagogia está servida, se hubiera podido evitar simplemente con un eferendum popular, ¿o no es la participación ciudadana lo que nos están vendiendo los partidos?
Espero que finalmente sea el sentido común el que se imponga, la ciudad no se merece este melodrama.
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