Usando un poco del lenguaje del insigne político almeriense NICOLÁS SALMERÓN Y ALONSO, orgullo de Andalucía, tocaría decir, que hemos estado una larga serie de años, por el sañudo de la "democracia", teniéndola todos en nuestros labios, poniéndola como barrera entre el pueblo y las urnas, creyendo que todo nos llegaría como un maná del cielo; esperando siempre esperando el redentor, en vez de tratar de redimirnos nosotros mismos.
Y así hasta que hemos llegado a esta crisis en la que nos han metido, un montón de sinvergüenzas aprovechados y desaprensivos, ante la pasividad de nuestros políticos, más entretenidos en seguir y manipular encuestas que les aseguraran su continuidad en cargos altamente remunerados.
Hubiera bastado un sencillo movimiento, para hacer pagar responsabilidades a los que han provocado esta situación, para que la democracia se hubiera visto fortalecida. Pero no, nos encontramos con que nadie se mueve, todos se encogen de hombros y miran para otro lado, desoyendo el clamor popular que pide justicia, que solo se aplica para desahuciar trabajadores que no pueden pagar sus hipotecas, porque se han visto privados de su fuente de ingresos, por culpa de unos políticos ineptos y corruptos en demasiadas ocasiones, que hacen recaer el castigo siempre, entre las clases más vulnerables.
Si la juventud no reacciona y los echa a "gorrazos", haciéndoles abandonar todas las prebendas con que los políticos se han regalado en estos últimos años, se volverá a perder otra oportunidad, de construir entre todos un país moderno, donde los políticos estén al servicio del ciudadano y estos nos queden convertidos en súbditos, con derecho a votar cada cuatro años.
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