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Nos engaña, nos mienten, nos estafan continuamente, como si las mentiras y el disimulo fueran las únicas armas que tienen los políticos para instalarse indefinidamente en el gobierno, basándose en una pretendida democracia, impuesta por unos cuantos sin ni siquiera darnos el derecho a decidir nuestro propio camino.
Nos imponen con artilugios una constitución, que contra más la lees, más te indignas ante las mentiras en que han quedado el articulado que la sustenta y que se incumple sistemáticamente en los derechos más importantes que se pretende regular, como son el derecho a decidir, al trabajo, a la vivienda, a la salud, a la enseñanza, en definitiva a la igualdad de derechos, que es para lo que se forjan las constituciones.
Es completamente falsa la pretendida igualdad de los ciudadanos. Basta comprobar a los políticos y las prerrogativas que comportan su función pública, que deberían servir y no es así, para la limpieza en el ejercicio de su cargo, que por lo que se ve, no son necesarias para la vida del resto de los comunes.
¿Como se puede decir que hay igualdad?, solo vemos desigualdad, por lo tanto en la desigualdad, no puede haber nunca igualdad a proteger, así que solo ellos tienen verdadera protección, el ciudadano común queda por tanto completamente indefenso en todos los órdenes.
Como dice la canción, "Estamos con el agua al cuello y no para de llover". Yo mejor diría, con la mierda hasta el cuello y a punto de morir de putrefacción. Hemos puesto en manos de corruptos nuestra capacidad de decisión y por lo tanto hemos renunciado a decidir nuestra propia vida y bienestar.
El estado se ha corrompido a tal punto en estos tiempos, que solo los malvados se sienten triunfadores son admirados y elegidos para dirigir nuestro destino.
Dirigentes que nos mienten con tal naturalidad, que parece algo innato a su propia carrera, que no dudan en amparar en aras a nuestra propia seguridad, a una casta que se ha dedicado a engañar y extorsionar a pensionistas sin estudios, dejándolos sin los pocos ahorros amasados a base de muchos años de duros sacrificios en su larga vida de trabajo. Políticos que juegan con las pensiones de huérfanos y de viudas que cada vez están más desamparados. Con la seguridad de los trabajadores, que han perdido sus empleos, por lo que no pueden hacer frente a una hipoteca a la que ellos mismos inducieron a invertir, a los que hoy echan de sus viviendas sin ninguna clase de escrúpulos, ante la mirada atónita de niños pequeños y en algunos casos enfermos y hasta inválidos. Que se quitan la vida porque ya no aguantan más humillaciones.
Políticos y periodistas que los defienden, que no ven exagerada los emolumentos de su cargo, acordado por ellos mismos, mientras que miles de familias se tienen que apañar con 400 euros y en algunas ocasiones menos, o nada. Políticos que ni siquiera intentan ya guardar las apariencias, como si el hecho de haber obtenido una mayoría , le de derecho de pernada.
No podemos seguir aguantando este tufo que está a punto de reventar nuestros pulmones, tenemos que abrir todas las ventanas, vaciar nuestras instituciones y volverlas a llenar con gente que sea capaz de romper con el pasado, y emprender todos juntos una nueva senda democrática, que acabe con esta lacra de partidos políticos corruptos. La sociedad civil tiene que apechugar, sobre todo los jóvenes y como ya están haciendo algunos, perder el miedo dar la cara, de lo contrario triste será nuestro destino.
